Comparte: Facebooktwitterlinkedin

Ayer, día 17 de mayo, se conmemoró el Día Mundial del Reciclaje. Esta fecha fue instituida por la UNESCO con el objetivo de concienciar a ciudadanía sobre la importancia vital que tiene el reciclaje, para la sostenibilidad del planeta.

La mejor manera de reducir los residuos que se producen en los hogares y las fábricas es reciclarlos. Este proceso permite preservar el medio y promover alternativas a favor del desarrollo sostenible.

El plástico, por ejemplo, está muy presente en nuestras vidas y su uso se ha disparado en la última década. Este aumento de su uso ha generado a su vez una gran cantidad de residuos plásticos que están generando un gran impacto ambiental. Pero a pesar del impacto somos conscientes de que el plástico ofrece algunas ventajas sobre otros materiales que le hace que sea difícilmente sustituible en estos momentos.

Pues bien, hace tiempo que se están tomando medidas para controlar en cierto modo esa “invasión” desmesurada del plástico en nuestro día a día. Una de las más importantes es el uso de plástico reciclado post-consumo en la industria. Si se apuesta por el reciclaje de los plásticos post- consumo se logrará evitar que estos vayan a parar a la naturaleza provocando los grandes problemas medioambientales que ya todos conocemos. Es muy importante reducir el desecho que genera el plástico y potenciar la economía circular para evitar que los residuos sigan llegando al medio marino e incluso que afecten a nuestra propia salud, y se conseguirá logrando que vuelvan al inicio de la cadena productiva.

Reciclaje

nivel europeo ya se están poniendo medios en este sentido, con la publicación por parte de la Comisión Europea de la Estrategia Europea para el plástico en una economía circular. Las reglamentaciones van encaminadas a conseguir que la producción y uso del plástico sea más sostenible. Y en España contamos con el Real Decreto 293/2018 sobre reducción del consumo de bolsas de plástico, que incluyan un contenido mínimo en reciclado del 50% y un espesor mínimo de 50 micras que le aporte consistencia y facilite su reutilización.

Tanto la conciencia social, como este marco reglamentario, está haciendo que la industria del reciclaje se esté transformando y se esté revalorizando y el sector del plástico está en continua evolución y atendiendo a continuas demandas de la sociedad.

Por ello, AENOR, en septiembre de 2019 publicó un esquema de certificación para bolsas de plástico con alto contenido en reciclado para el transporte de productos de conformidad con la norma UNE 53930 .Esta norma también se aprobó gracias al marco generado por el Real Decreto 293/2018, que ya exige el contenido mínimo en reciclado del 50%.

La certificación conforme a la norma UNE 53930 va más allá e incluye tres tipos de bolsas diferenciando en función del contenido de reciclado.  Establece una sistemática de marcado donde se diferencia si tiene un contenido en reciclado mayor del 50%, mayor del 70% o mayor del 70% pero con material reciclado de post-consumo.

Durante los procesos de auditoría de AENOR se verificarán los contenidos en material reciclado y su origen, además de comprobar que las bolsas cumplen con el espesor definido y con una serie de requisitos mecánicos que las hagan funcionales. Estos aspectos que se comprobarán mediante la realización de ensayos en el laboratorio acreditado. Por tanto, este esquema de certificación aportará confianza a una declaración realizada por un fabricante sobre el contenido de material reciclado de post-consumo que se ha utilizado en la fabricación de un producto

Como ya hemos comentado, este Certificado es un granito más hacia la economía circular, en la que, desde el diseño del producto, su producción, comercialización y consumo se pone el esfuerzo para lograr que la mayor parte del material pueda ser devuelto, tras su uso, al inicio de la cadena productiva, y en las mejores condiciones posibles.

Imagen: studiogstock