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Estamos a punto de despedir el año 2020, un año que ha sido sin duda duro y complicado, que nos ha dejado distintas vivencias, y si algo nos ha enseñado a nivel empresarial es que existen situaciones impredecibles que requieren reacciones rápidas. La crisis del COVID-19 ha puesto a prueba los planes de continuidad de negocio de las empresas y su eficacia, y aquellas empresas que han sabido reaccionar son las que estaban preparadas, gracias a su buena gestión de riesgos y oportunidades.

La norma ISO 9001 ayuda a las empresas en esta labor, puesto que establece el deber, por parte de la organización, de determinar los riesgos y oportunidades relacionados con sus procesos y de planificar las acciones necesarias para abordar dichos riesgos para evitar que se materialicen y evaluando posteriormente su eficacia.

Los objetivos perseguidos por la norma al introducir este requisito serán:  asegurar que el sistema de gestión pueda lograr los resultados planificados, aumentar los efectos deseables, prevenir o reducir efectos no deseados y lograr la mejora continua.

METODOLOGÍA PARA DETERMINAR LOS RIESGOS Y OPORTUNIDADES

La norma no establece ninguna metodología concreta para determinar los riesgos y oportunidades, pero desde nuestra amplia experiencia, consideramos que un buen punto de partida puede ser utilizar una matriz DAFO, ya que permitirá la identificación de los diferentes elementos tanto internos como externos que pueden afectar a la organización. Y tras obtener los resultados de ese análisis, es decir, las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de la organización, se podrán determinar y establecer:

  • Oportunidades de Mejora: que se derivarán principalmente de las fortalezas (internas) y oportunidades (externas) resultantes de la DAFO. Y que serán acciones concretas con cuya puesta en marcha se pretenda conseguir un beneficio (como por ejemplo que tenga una repercusión positiva en aspectos relacionados con la satisfacción del cliente, resultados económicos, mejora del producto, etc.)
  • Riesgos: en este caso se derivarán de las amenazas (externas) y debilidades (internas) encontradas en la matriz DAFO, y consistirán en aspectos que tengan que ver con la gestión de la calidad y cuya aparición significará la existencia un peligro o amenaza para la misma.

PERO, ¿CÓMO ABORDAR LOS RIESGOS Y OPORTUNIDADES?

La norma ISO 9001:2015 da algunas pistas sobre ello, indicando que los riesgos podrían abordarse así: evitando el riesgo, corriendo el riesgo para perseguir una oportunidad, eliminando la fuente de riesgo, cambiando la probabilidad o consecuencia del mismo, compartiendo el riesgo, conteniéndolo…

Por otro lado, indica que las oportunidades podrían ir encaminadas a la adopción de nuevas prácticas, o a la introducción de nuevos productos, la apertura de nuevos mercados, nuevo enfoque al cliente o la creación de asociaciones y el uso de nuevas tecnologías.

ISO 9001 2015 establece además que sea la propia Dirección de la organización la que asuma el liderazgo para planificar los riegos y oportunidades y que además se encargue de verificar paso a paso la evolución de todo el proceso.

Si necesitas asesoramiento en gestión de riesgos o en ISO 9001 no dudes en ponerte en contacto con nosotros, te ayudaremos.