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A lo largo de los días pasados te hemos hablado de la trazabilidad alimentaria, un sistema consistente como de buen seguro sabrás en un conjunto de técnicas orientadas a evitar o minimizar los posibles peligros a los que los consumidores se ven expuestos ante el consumo de un determinado producto alimentario.

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Por tanto, entre los principales objetivos de la trazabilidad alimentaria nos podemos encontrar con que se persigue un control de la calidad, una optimización tanto de la gestión como de los procesos, se detectan errores durante el proceso de producción y aumenta tanto la confianza como la seguridad de los consumidores. Pero, sin duda, una de sus principales ventajas pasa porque se evitan y minimizan los posibles riesgos a los que se enfrentan los consumidores finales, que en definitiva son los principales clientes de la empresa alimentaria.

Hoy queremos ahondar un poco más al respecto y queremos explicarlo de forma más detallada con un sencillo ejemplo de cómo es la trazabilidad de la carne de vacuno.

¿Cómo es la trazabilidad de la carne de vacuno?

En primer lugar debemos ser conscientes de que la producción de carne es un proceso complejo, dado que no solo incluye los aspectos de transformación de la carne luego del sacrificio del animal, sino que debemos remontarnos bastante tiempo atrás (su crianza en las granjas).

De ahí que siempre sea fundamental contar con un buen sistema de trazabilidad alimentaria, dado que es la forma que la compañía o empresa tiene para garantizar la relación entre el animal y la identificación de su carne, a través de absolutamente todas las etapas: producción, transformación, distribución y venta.

Por tanto, es evidente que la trazabilidad alimentaria de la carne de vacuno pasa principalmente por un sistema de registro e identificación del animal (marcas auriculares, documentos de identificación bovinos y libros de registro) y un etiquetado –obligatorio- de origen de la carne de vacuno (que debe contener número de referencia, país de nacimiento, país de criado o engorde, país donde ha sido sacrificado y número de autorización sanitaria del matadero, así como nombre del país donde ha sido despiezado y el número de autorización sanitaria de la sala de despiece).

Debemos tener siempre presente que esta información debe aparecer en las etiquetas de todas las piezas de carne de vacuno, y deben ser total y completamente legibles.

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Imagen | comprock